Derechos de la infancia

Todos y cada uno de los Derechos de la infancia son inalienables e irrenunciables, por lo que ninguna persona puede vulnerarlos o desconocerlos bajo ninguna circunstancia.

La primera declaración de Derechos del niño, de carácter sistemática, fue la Declaración de Ginebra de 1924, redactada por Eglantyne Jebb, fundadora de la Organización de Naciones el 26 de diciembre de 1924.

Las Naciones Unidas aprobaron en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos que, implícitamente, incluía los derechos del niño. Sin embargo, posteriormente, se llegó al convencimiento de que las particulares necesidades de los niños y niñas debían estar especialmente enunciados. Antes, había decidido que el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para los niños (UNICEF) continuara sus labores como organismo especializado y permanente para la protección de la infancia (denominándolo oficialmente Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).

A partir de 1979, con ocasión del Año Internacional del Niño, se comenzó a discutir una nueva declaración de derechos del niño, fundada en nuevos principios. A consecuencias de este debate, en 1989 se firmó en la ONU la Convención sobre los Derechos del Niño.

Derechos de la infancia

 Todas las niñas y niños deben tener los mismos derechos sin distinción alguna de sexo, color, religión y condición económica.

 Todas las niñas y niños deben disponer de todos los medios necesarios para crecer física, mental y espiritualmente, en condiciones de libertad y dignidad.

 Todos los niños y niñas tienen derecho a un nombre y a una nacionalidad desde el momento de su nacimiento.

 Todas las niñas y niños tienen derecho a disfrutar de una buena alimentación, de una vivienda digna y de una atención sanitaria especial.

 Todos los niños y niñas con enfermedades físicas y psíquicas deben recibir atención especial y la educación adecuada a sus condiciones.

 Todas las niñas y niños han de recibir el amor y la comprensión de sus padres y crecer bajo su responsabilidad. La sociedad debe preocuparse por las niñas y niños sin familia.

 Todos los niños y niñas tienen derecho a la educación, a la cultura y al juego.

 Todas las niñas y niños deben ser los primeros en recibir atención en caso de peligro o accidente.

 Todos los niños y niñas deben estar protegidos contra cualquier forma de explotación y abandono que perjudique su salud y educación.

10º Todas la niñas y niños han de ser educados en un espíritu de comprensión, paz y amistad y han de estar protegidos contra el racismo y la intolerancia.